Operativos de seguridad en la Explanada para prevenir vandalismo y saqueos entre los 'hippies' tras el cierre

Operativos de seguridad en la Explanada para prevenir vandalismo y saqueos entre los ‘hippies’ tras el cierre

Los propietarios de las casetas que han caracterizado a los ‘hippies’ durante años en la Explanada han decidido cambiar su función. En lugar de continuar con la venta de productos, asumirán el rol de vigilantes de seguridad. La asociación que agrupa a estos comerciantes ha decidido mantener a los vigilantes que cada noche cuidan de las casetas, pero durante el día, cuando el mercadillo esté cerrado, serán los propios propietarios quienes se encarguen de la seguridad a partir de este jueves.

Este mercado de artesanía que se ubicaba en el paseo de teselas de la Explanada ha llegado a su fin. Las casetas han cerrado sus puertas, marcando el cierre de una etapa tras la última jornada de venta. Los comerciantes tienen un plazo para desmontar sus puestos antes de que finalice el mes. A partir de este jueves, los propietarios comenzarán a gestionar las bajas de sus empleados en la Seguridad Social.

Un nuevo rol para los comerciantes

Con los puestos cerrados y sin actividad comercial, los comerciantes han decidido adoptar el papel de guardas de seguridad durante el día. Han organizado patrullas de vigilancia compuestas por cuatro personas para evitar que se produzcan actos vandálicos o que alguien intente acceder a las casetas. Lucía Ramello, presidenta de la asociación, ha explicado que esta medida es necesaria para proteger lo que queda de su actividad.

El género y los productos continúan resguardados en el interior de las casetas, ya que los comerciantes aún mantienen la esperanza de una solución favorable. Ramello ha subrayado que no tienen intención de vaciar las casetas por el momento, ya que los propietarios de las 30 casetas esperan una reubicación o una decisión del Ayuntamiento sobre su futuro.

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Acciones de protesta y manifestaciones

Mientras tanto, los comerciantes han decidido mantener sus puestos en pie, al menos hasta el próximo domingo, cuando han convocado una manifestación para exigir respuestas. La protesta busca obtener claridad sobre su futuro, ya sea mediante un realojo en otro punto de la ciudad o una prórroga que les permita continuar con su actividad en la Explanada. En caso de que la situación permanezca sin cambios, los comerciantes han manifestado que tendrán que idear nuevas estrategias para hacer frente a la incertidumbre.

Las acciones de protesta han comenzado desde el primer día sin venta al público. Los comerciantes han precintado las casetas con cintas como símbolo de su descontento. Estas cintas están acompañadas de carteles que expresan mensajes como «nos prometieron reubicación, no desalojo», así como información sobre la cantidad de familias que se verán afectadas por el cierre y su deseo de continuar trabajando.

Un futuro incierto

Hasta que se tome una decisión definitiva, los ‘hippies’ de la Explanada seguirán realizando labores de vigilancia frente a sus puestos. Según han expresado, su presencia no solo da vida al paseo, sino que también contribuye a la seguridad del área, evitando problemas como la delincuencia y la drogadicción. Juana, una de las propietarias, ha enfatizado que su actividad ha tenido un impacto positivo en el entorno.

La situación actual plantea un desafío significativo para estos comerciantes, quienes se encuentran en una encrucijada. La incertidumbre sobre su futuro y la falta de respuestas claras por parte de las autoridades locales han llevado a estos vendedores a un estado de alerta, mientras esperan que se tomen decisiones que les permitan continuar con su actividad de manera sostenible.

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