Un caballero en estado de trance
Reflexiones sobre la Semana Santa Oriolana
Cuando los periódicos se editaban únicamente en papel, era habitual realizar un balance al finalizar la Semana Santa oriolana. En esta era digital que nos ha tocado vivir, me gustaría compartir algunas impresiones sobre lo que he visto y oído durante esta Semana Mayor. Comenzando por la incomprensible negativa del ayuntamiento, tras 37 años, a hacerse cargo del costo de los fuegos artificiales que la Hermandad de la Resurrección lanza cada madrugada al inicio de su procesión desde la iglesia de las Santas Justa y Rufina.
Los responsables de esta decisión, que podría considerarse miserable, tienen la suerte de que los miembros de esta Hermandad no son personas conflictivas. De lo contrario, bastaría con exponer algunos ejemplos significativos de contabilidad creativa en la gestión de los fondos públicos para poner en evidencia a sus autores y cómplices. Este tipo de situaciones pone de manifiesto la falta de apoyo a tradiciones que enriquecen nuestra cultura y comunidad.
La importancia de las tradiciones
La Semana Santa no solo es un evento religioso, sino también una manifestación cultural que une a la comunidad. La participación de la Hermandad de la Resurrección y otros grupos es fundamental para mantener vivas estas tradiciones. Sin embargo, la falta de apoyo institucional puede poner en riesgo la continuidad de estas celebraciones, que son parte esencial de nuestra identidad.
Es crucial que las autoridades reconozcan el valor de estos actos y se comprometan a respaldarlos. La inversión en cultura y tradiciones no solo beneficia a los organizadores, sino que también enriquece la vida de todos los ciudadanos, fomentando un sentido de pertenencia y comunidad que es vital en tiempos de cambio.
